Las intolerancias alimentarias son reacciones adversas que se producen en el organismo por consumir ciertos alimentos que no son metabolizados, digeridos o asimilados correctamente. Pero, ¿son heredadas o se puede desarrollar una intolerancia alimentaria a lo largo de la vida?

Existen ciertas intolerancias alimentarias que sí pueden ser heredadas (como puede ser la intolerancia a la fructosa), pero se ha visto que realmente se hereda la predisposición a no tolerar adecuadamente algunos alimentos o sustancias. Por lo general, las intolerancias alimentarias pueden ser de causa metabólica, farmacológica o causas indeterminadas.
Las intolerancias de causa metabólica se originan cuando existe un déficit enzimático, es decir, cuando la proteína encargada de metabolizar cierta sustancia no está en la cantidad adecuada. Por ejemplo, una persona con intolerancia a la lactosa tiene déficit de lactasa. Otro ejemplo es la intolerancia a la fructosa. En este caso es un trastorno genético de herencia autosómica recesiva (fructosemia), se caracteriza por tener un déficit de la aldolasa B. Las intolerancias de causa metabólica son las más frecuentes.
Por otro lado, existen las intolerancias alimentarias de causa farmacológica. Este tipo de intolerancias se originan por sustancias presentes en algunos alimentos y necesitan distintos factores para que aparezcan síntomas. Por último, las intolerancias de causas indeterminadas se han originado con la incorporación de alimentos procesados y ultraprocesados a la dieta.

Los síntomas que producen las intolerancias son problemas digestivos, neurológicos o dermatológicos, entre otros, pero sin involucrar al sistema inmunitario (entonces se hablaría de alergias alimentarias). El tratamiento que se recomienda es no incluir en la dieta los alimentos que produzcan estas intolerancias.
Es muy importante conocer qué alimentos no se están metabolizando bien en el organismo. Se puede saber la predisposición genética que tenemos a desarrollar ciertas intolerancias mediante un examen genético para poder hacer una dieta personalizada y evitar los efectos secundarios que producen las intolerancias alimentarias.